Este año la semana de esquí fuera de España la realizamos solo mi hijo y yo por problemas de trabajo del resto de la familia, motivo por el cual María aprovecho para pasar unos días con su madre en Salamanca. El viaje es relativamente fácil pues se viaja en avión hasta Bolzano, aunque hay que hacer trasbordo en Roma, pues no hay vuelo directo desde Madrid y desde esta coqueta localidad alquilamos un coche para viajar a Ortisei en la falda de las famosas montañas Dolomitas, aproximadamente 1 hora de viaje unos 60 Km; también se puede hacer en tren este ultimo tramo.
La estación de esquí es increíble y muy recomendable para cualquier aficionada a este deporte, tiene un tamaño tan grande que es difícil describir, solo decir que existen mas de 450 Km de pistas y mas de 200 sistemas de acceso y subida a las distintas pistas, nos da una idea. En el funicular llamado FunVia tiene una capacidad de 150 personas que nos sube al Riz Seceda es el mas grande pero también puede subir un tren cremallera de mayor capacidad todavía.
Para poder recorrer toda la estación sin perderse, tienen muy bien señalizada, la llamada Sella Ronda que se puede hacer a derechas o izquierdas indicadas con flechas verdes y naranjas, respectivamente. Estas rondas bordean totalmente el grandioso Macizo Dolomitas y dan acceso a las diferentes áreas esquiables hasta la mas alta llamada La Marmolada 3250 m. (que no pudimos llegar por que el día anterior hubo una avalancha que arraso parte de un telesilla). Para iniciar cualquiera de las Sella Ronda hay que alcanzar la cota Champanoi, donde hay un buen restaurante y una pista negra, para mi, la mejor de la estación.
Existen gran cantidad de restaurantes con estupendas terrazas y barras al aire libre para tomar sus martinis y gin-tonics para disfrute y descanso de los esquiadores.
Al lado del hotel Hell, donde nos alojamos, hay unas pistas preparadas para los pequeños desde 3 a 8 años y otras pistas con remontes para los colegios y principiantes y a 300m el Teleférico Suisi que da acceso a una inmensa área de esquí de fondo.
En el viaje de vuelta estuvimos haciendo algo de turismo en Bolzano y quedamos sorprendido de su encanto de la zona antigua que forma el centro de la ciudad y que gira entorno a la Plaza Walter, muy cerca de la cual esta el restaurante Paulaner, antiguo y típico italiano.
El postre lo tomamos paseando por las calles fotografiando sus monumentos, terrazas, hoteles y mercados tipo medieval resaltando el de flores.
Después de esta experiencia hemos quedado en repetirla dentro de unos años cuando las nietas ya puedan ponerse los esquís y aprovechar de esta forma las instalaciones.
La estación de esquí es increíble y muy recomendable para cualquier aficionada a este deporte, tiene un tamaño tan grande que es difícil describir, solo decir que existen mas de 450 Km de pistas y mas de 200 sistemas de acceso y subida a las distintas pistas, nos da una idea. En el funicular llamado FunVia tiene una capacidad de 150 personas que nos sube al Riz Seceda es el mas grande pero también puede subir un tren cremallera de mayor capacidad todavía.
Para poder recorrer toda la estación sin perderse, tienen muy bien señalizada, la llamada Sella Ronda que se puede hacer a derechas o izquierdas indicadas con flechas verdes y naranjas, respectivamente. Estas rondas bordean totalmente el grandioso Macizo Dolomitas y dan acceso a las diferentes áreas esquiables hasta la mas alta llamada La Marmolada 3250 m. (que no pudimos llegar por que el día anterior hubo una avalancha que arraso parte de un telesilla). Para iniciar cualquiera de las Sella Ronda hay que alcanzar la cota Champanoi, donde hay un buen restaurante y una pista negra, para mi, la mejor de la estación.
Existen gran cantidad de restaurantes con estupendas terrazas y barras al aire libre para tomar sus martinis y gin-tonics para disfrute y descanso de los esquiadores.
Al lado del hotel Hell, donde nos alojamos, hay unas pistas preparadas para los pequeños desde 3 a 8 años y otras pistas con remontes para los colegios y principiantes y a 300m el Teleférico Suisi que da acceso a una inmensa área de esquí de fondo.
En el viaje de vuelta estuvimos haciendo algo de turismo en Bolzano y quedamos sorprendido de su encanto de la zona antigua que forma el centro de la ciudad y que gira entorno a la Plaza Walter, muy cerca de la cual esta el restaurante Paulaner, antiguo y típico italiano.
El postre lo tomamos paseando por las calles fotografiando sus monumentos, terrazas, hoteles y mercados tipo medieval resaltando el de flores.
Después de esta experiencia hemos quedado en repetirla dentro de unos años cuando las nietas ya puedan ponerse los esquís y aprovechar de esta forma las instalaciones.
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